El fraude sigue siendo uno de los peores males que enfrentan las organizaciones. En 2018 el 58 % de las instituciones en el mundo reportaron delitos de este tipo, 21 % más que en 2016, y América Latina fue la región con mayor incremento con sus 25 puntos porcentuales de alza entre los años 2016 (28 %) y 2018 (53 %).

Encuesta Fraude y Corrupción, un análisis de su impacto en las organizaciones. PwC

Actualmente, para nadie es indiferente la seguridad en cada aspecto de este mundo moderno y digital. Acciones básicas como revisar el correo electrónico personal hasta la realización de pagos de cuentas y transacciones bancarias, se han hecho cada vez más comunes y propias de esta nueva generación que nació bajo el concepto de un mundo conectado, que se maneja desde un dispositivo en la palma de la mano. El papel y las sucursales incluso ya parecen cosas del pasado, por eso, en el ámbito bancario, el manejo de la seguridad es clave.

En este sentido, uno de los grandes temores en torno a la operación digital es la posibilidad del fraude. El más común es el efectuado como un ataque a la seguridad de los bancos, sin embargo, hay otra manera que cada vez suma más casos: el año pasado el 52% del fraude a nivel mundial fue realizado por los propios empleados bancarios.

La agencia Kroll, en asociación con la Economist Intelligence Unit, reportó que, de un total de 901 ejecutivos de diversas industrias de los cinco continentes, 70 % informó algún tipo de fraude interno cometido por diferentes actores: empleados de rango inferior (42 %), miembros de la gerencia senior o media (35 %), o un agente o intermediario (23 %).

Sergio Mazzoni, Director de ventas para América Latina de la Unidad de Negocios de Extended Access Technologies de HID Global, partner estratégico de SOLEM, publicó un artículo llamado ¿Pueden los bancos evitar el fraude interno con biometría?, donde afirma que el sector financiero es uno de los más expuestos al fraude interno debido al riesgo y las pérdidas que pueden generar los desfalcos.

Además, comenta que este tipo de fraude “tiene vida con el uso de información confidencial de los clientes del banco como datos personales, claves, información de contacto y saldos bancarios, con los cuales podrían cometer estafa. Los delincuentes interinos podrían también acceder a cuentas corrientes inactivas para llevar a cabo ilícitos como lavado de dinero, involucrar a la compañía en casos de fraude o corrupción y salir impunes de ello”.

A esto se le suma que la mayoría de las instituciones financieras ni siquiera tienen un registro de cuánto pierden por fraudes internos, ya que el dinero faltante lo contabilizan como pérdidas operacionales. A esto se le suma a la falta de preparación y la incapacidad de detectar irregularidades en tiempo real, las que a veces se pueden identificar recién dos o tres años después de lo ocurrido, si es que lo hacen. De esta manera, este monto se puede elevar enormemente.

¿Y cómo aporta la tecnología y, en específico, la biometría?

El reconocimiento de huellas dactilares es una de las modalidades más populares. Según pronósticos de Yole Développement, la demanda de aplicaciones de consumo hará crecer un 19 % el volumen total de envíos hasta 2022, año en que el valor del mercado será de 4.700 millones de dólares.

De acuerdo a Mazzoni, en la actualidad se puede disponer de un sinnúmero de tecnologías innovadoras para el control, análisis y aprendizaje del factor humano dentro de los bancos y las organizaciones. Las Fintech aceleraron la digitalización de los bancos y, por ejemplo, el robo de identidad para acceder a las cuentas bancarias, que antes era un fraude muy frecuente, ha comenzado a disminuir.

Por otro lado, sabemos que a mayor conectividad también hay más información navegando por las redes. Por eso, las instituciones deben invertir en soluciones antifraudes a la altura. “Una de las soluciones más efectivas en este campo son los sistemas biométricos que sirven como método infalible de autenticación para el acceso a la información. Esta tecnología es una gran alternativa para evitar este tipo de fraudes. Gracias a ella, es posible establecer de forma certera sobre quién accedió, desde dónde, en qué fecha y a qué hora”, agrega Sergio Mazzoni.

Tanto HID como SOLEM llevan años implementado estas tecnologías para dotar de seguridad a la banca. Sin ir más lejos, SOLEM junto a SINACOFI, otro de sus partner estratégicos, han estado durante estos últimos 14 años surtiendo a la banca de puntos de verificación de Identidad para los mesones de atención de ejecutivos con tecnología HID incorporada. Los resultados durante este tiempo han sido exitosos, llevando la seguridad biométrica a otros casos de negocio, tanto en la banca pura, como en los nuevos actores que han aparecido en el último tiempo como el Retail.

Como país hemos puesto foco en la problemática de atender y preocuparse de la seguridad en el ámbito de acción frente a un cliente y el medio ambiente, pero no debemos dejar de lado todo el ecosistema que participa sobre una transacción bancaria electrónica. Este es un trabajo que llevamos hace más de 14 años, y en el que queremos seguir encontrando mejoras sobre temáticas de seguridad que afectan a nuestros clientes y, también, buscar que estas ocurran a nivel nacional y en los nuevos mercados que estamos abriendo en América Latina. A medida que el mundo digital siga avanzando y esta transformación digital siga esparciéndose, se hace cada vez más latente esta visión.

Victor Parra O.
Gerente de Producto División Identificación.

Tecnología comentada en este articulo

Los dispositivos biométricos con tecnología multiespectral, por ejemplo, utilizan múltiples espectros de luz y técnicas de polarización avanzadas para extraer la huella digital única de un dedo vivo, lo que permite una identificación inmediata, incluso en condiciones adversas como cuando el usuario tiene el dedo mojado, grasoso, sucio, lesionado o su huella está desgastada. Esto es posible gracias a que la tecnología identifica tanto las características de la superficie de la piel como una capa interna irrigada por el torrente sanguíneo.

La biometría multiespectral ha sido implementada con éxito por varios años en bancos y cajeros automáticos, y ha sido probada con éxito en una gran variedad de aplicaciones. De igual manera, también existen soluciones de cifrado criptográfico para evitar los ataques por intermediarios y dispositivos resistentes a la manipulación que borran la información interna al abrirlos.

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