En artículos pasados conversamos sobre las identidades digitales, profundizando en su definición y los estándares que se utilizan de manera internacional en su gestión y denominación. En esta ocasión, expondremos sobre los diferentes usos que pueden tener y los beneficios que traen dependiendo del contexto en que se utilicen.

Según lo que vimos en la primera publicación de esta serie de artículos, la identidad digital representa  quiénes somos en la red, es nuestro Yo en el mundo digital, y se encuentra provista por Internet y sus miles de websites, portales de comercio electrónico, redes sociales, entidades financieras, entre otras plataformas existentes en el ciberespacio en las que estamos presente.

Contar con una identidad virtual mejora completamente la forma en la que nos relacionamos con otros individuos, empresas e instituciones, ya que podemos establecer vínculos seguros y mantener una comunicación fluida con cada uno de ellos fuera de los espacios presenciales. Para comprender a profundidad todas las ventajas que trae esto, te presentamos los siguientes ejemplos:

Servicios del Estado y gobiernos locales: La digitalización de una serie de trámites del Estado le permite a los ciudadanos llevar a cabo cada uno de ellos de manera más sencilla y rápida a través de sus diferentes portales de atención. Un método de autenticación simple, basado en una clave que se genera en el mismo Registro Civil de ciudadanos, permite obtener una serie de documentos sin la necesidad de acudir de manera presencial a las oficinas destinadas para esto. 

Servicios bancarios o financieros: Las identidades digitales enroladas en los bancos permiten obtener una nueva cuenta bancaria, un préstamo o generar órdenes de pago a tarjetas de forma rápida y segura. Un buen proceso de onboarding permitirá tener una identidad digital robusta del cliente, la cual podría contar con nuevos factores de autenticación además del conocido usuario/clave y PIN. Se podría reemplazar, por ejemplo, con una verificación del rostro enrolado.

Prevención de estafas y fraudes: Una identidad digital robusta con una serie de factores de autenticación almacenados, tales como huellas, rostro, PIN de seguridad, número de teléfono personal y correo electrónico, permiten la utilización de una combinación de métodos como una manera de reducir el fraude en pagos y el robo de identidades.            

Comercio Electrónico: De fuerte crecimiento en los últimos años, el comercio electrónico es un excelente usuario de las identidades digitales, permitiendo generar experiencias de compra más personalizadas y eficientes, en múltiples portales, con medios de pago de uso común entre plataformas e integrando, además, la seguridad provista por los factores de autenticación propios de la identidad digital.

Por otra parte, nos detendremos en dos aspectos importantes de las identidades digitales que pueden convertirse en ventajas si las sabemos utilizar a nuestro favor. 

  1. Conocer realmente a nuestros clientes nos permite mejorar su experiencia.

Un informe reciente de la consultora estratégica global McKinsey señala que la personalización del cliente, es decir, saber realmente quién es, permite reducir los costes de adquisición hasta en un 50%, aumentar los ingresos entre un 5% y 15% e incrementar la eficiencia del gasto en marketing entre 10 y un 30%. El manejo y gestión de nuestros clientes en modo de identidades digitales únicas genera una fuerte concentración de datos estadísticos y de comportamiento que permiten una localización y entendimiento del mismo. El retorno por este marketing dirigido permite rápidamente absorber los costos de inversión en el manejo de las identidades.

  1. La identidad digital puede ser el punto de contacto entre entre gobiernos y ciudadanía 

La identidad digital nos permite comprobar la identidad real de un individuo a través de cualquier canal virtual que el Gobierno implemente para la atención de sus ciudadanos. A su vez, considerando los temas de inclusión, se vuelve fundamental pensar en todos los detalles que conlleva integrarla, para lograr llegar a la mayor cantidad de población posible. Debe ser fácil para el ciudadano crear una y realizar trámites con ella. 

Este es un tema que aún se encuentra en sus primeras etapas de adopción, pero hechos externos han acelerado este proceso de verdadera transformación digital en los gobiernos. Esperamos tener el impulso definitivo que nos permita contar con identidades digitales estándares que posibiliten a los ciudadanos moverse con seguridad y simpleza entre una serie de servicios, tanto estatales como privados.   

Escrito por Víctor Parra
Gerente de Producto
División de Identidades Digitales

Comparte este artículo

Facebook
Twitter
LinkedIn